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Discriminación normalizada en los procesos de reclutamiento

Seguramente en tu búsqueda de empleo has encontrado anuncios como este: “Empresa Líder busca Community Manager. Requisitos: Mujer de entre 20 y 25 años. Lic. en Comunicación o afín. Excelente presentación Indispensable vivir por zona sur. Ofrecemos sueldo basado en competencias. Interesadas enviar CV con fotografía a contacto@fulanito.com”. Son tan comunes que pasamos por alto que la mayoría de las vacantes reflejan cuando la empresa discrimina.

  • Nos dimos a la tarea de preguntar a algunas personas y las historias fueron estas:
  • Me entrevistaron para ser cajera en un banco: “Tienes todo el perfil, estás capacitada, pero no te va a quedar el uniforme”.
  • Apliqué para hacer video cápsulas y manejar redes sociales y uno de los criterios fue la cantidad de seguidores que tenía en mis redes personales.
  • Pasé a una segunda entrevista como creadora de contenido, me pidieron que con cabello suelto y maquillada porque sería con el director.
  • Apliqué como becario y me preguntaron si de ser elegido, podría cortarme el cabello.
  • Y por supuestos las típicas preguntas a las mujeres: ¿Eres casada? ¿Piensas ser mamá pronto?

El currículum con fotografía da pie a que se seleccionen a los “más agradables a la vista”. El requisito de “Excelente presentación” es un término muy ambiguo y por supuesto, juzga la apariencia por encima de las capacidades. Los egresados de las universidades particulares reconocidas tienen más posibilidades de contratación que aquellos que estudiaron en universidades públicas. Y ni qué decir de la edad, de acuerdo con la CONAPRED, en México, el 90% de las vacantes excluyen a personas mayores de 35 años.

Vivimos en una época donde las actitudes tóxicas, en todos los aspectos, están siendo visibilizadas y es momento de evidenciar que la mayoría de las empresas, más que procesos de selección, son procesos de discriminación donde pesan más características como edad, sexo, presencia, centro educativo, estado civil, etc., que las habilidades y conocimientos.

Es momento de dejar los prejuicios y estereotipos de lado, hagamos ver que no por estar normalizado significa que esta bien. Como candidatos podemos enviar “currículums ciegos” eliminando la fotografía y haciendo énfasis en nuestras capacidades, podemos alzar la voz y hacerle ver a las empresas cuando nos hagan preguntas incómodas. Como empresas, tenemos la responsabilidad social de crear procesos justos donde lo importante sea elegir el perfil profesional para alcanzar los objetivos corporativos.

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