¡Por fin! Después de tanto enviar currículums y hacer entrevistas te llega el correo deseado, abres la carta propuesta con emoción, pero te das cuenta de que no es exactamente lo que estabas esperando… ¿Aceptas o negocias? Difícil ¿verdad? Decidir resulta complicado porque nos da miedo que al negociar nos retiren la oferta, porque suponemos que creerán que somos ambiciosos o simplemente porque no sabemos cómo hacerlo. Aquí ayudaremos a decidirte.
Para empezar, entendamos qué es una contrapropuesta laboral. Es esa negociación que surge a partir de que una empresa te hacer llegar una propuesta de trabajo con la que no se está totalmente de acuerdo… y ojo, no siempre se trata del sueldo, es posible negociar vacaciones, bonos, tipo de contratación, etc. Todo dependerá de los objetivos que tengas y de cómo te visualices dentro de la empresa.
¿POR QUÉ NOS DA MIEDO HACER UNA CONTRAPROPUESTA LABORAL?
La razón principal es un poco triste, nos da miedo que al hacerlo se nos cierren las puertas; las oportunidades laborales son limitadas y esto ha dado la oportunidad a muchas empresas de “ahorrarse” algunos pesos asignando presupuestos bajos para sueldos, cuando alguien “se atreve” a hacer una contrapropuesta, en muchas áreas de recursos humanos se tiene el pensamiento “si no lo quiere, alguien más lo hará”. Pero no todo está pedido, la cultura laboral está cambiando y las empresas se están dando cuenta de que un empleado no es un gasto, sino una inversión. Nos toca darles un empujoncito y aprender a demostrar que nuestro talento, lo vale.
Otro de los motivos es que la autoestima profesional, muchas veces nos cuesta reconocer cuánto se nos debería pagar. Es difícil poner precio a lo que hacemos porque nadie nos ha enseñado, sobre todo cuando somos nuevos en el campo laboral, pero ayuda mucho investigar sobre sueldos promedio; también será necesario hacer un autoanálisis honesto de qué tanto sabes realmente, tus competencias, cursos, diplomados, certificaciones y todo aquello que le suma puntos a tu CV. Y el tercer motivo es no saber cómo hacerlo, pero para eso tenemos otro artículo que pueden leer en: Consejos para armar una contrapropuesta.
Desafortunadamente, -y sí, sabemos que deriva de la incertidumbre que genera la situación económica que vivimos en el país-, tenemos la creencia de que, si no aceptamos un trabajo, ya no habrá otro. Sin embargo, es necesario que comencemos a darle valor a nuestro perfil, a nuestro trabajo. Comenzar a reeducarnos personalmente para que las empresas aprendan a darle peso al verdadero talento. Si te dicen que no, lejos de ser un “fracaso” es una señal de que ese lugar, no era para ti. Dejemos de lado el miedo al rechazo, porque los profesionales también podemos elegir dónde queremos trabajar.